El hasta hoy cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien ahora es el papa León XIV, visitó Puerto Rico en mayo del 2023 como parte del Consejo Episcopal de América Latina y del Caribe.
El evento ocurrió en Aguadilla, confirmó el alcalde Julio Roldán, quien compartió un video del papa presidiendo una misa para Obispos y Cardenales.
Noticias Florida 24/7 en Telemundo 31.

Manténte al tanto de las noticias locales y del estado del tiempo. Suscríbete a nuestros newsletters gratuitos aquí.

La esperada fumata blanca se elevó esta tarde desde la chimenea de la Capilla Sixtina, confirmando que los 133 cardenales reunidos en Roma habían alcanzado un consenso.
Prevost, de 69 años, es originario de Chicago y se desempeñaba hasta ahora como prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes del Vaticano.
Su elección marca un momento histórico, al convertirse en el primer papa nacido en Estados Unidos, una decisión que envía un mensaje claro sobre el papel creciente de la Iglesia en el continente americano.
El cónclave comenzó el miércoles 7 de mayo, tras días de reuniones preparatorias y reflexión por parte de los cardenales.
Desde entonces, miles de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro, atentos a cada señal de humo y expectantes por conocer al nuevo líder espiritual de más de 1,300 millones de católicos en el mundo.
Prevost es miembro de la Orden de San Agustín. Fue misionero en Perú durante casi dos décadas, donde no solo ejerció como sacerdote, sino también como obispo en la diócesis de Chiclayo. Es políglota y tiene formación en Derecho Canónico.
En 2023 fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos por el papa Francisco, lo que lo colocó en una posición clave para la designación de nuevos obispos en el mundo. Conocido por su carácter conciliador y su enfoque pastoral, su elección podría señalar una continuidad con la línea reformista de Francisco, pero también una apertura hacia nuevas regiones con peso creciente en la Iglesia.
Ahora, el papa Prevost asume el reto de liderar una Iglesia global en tiempos de cambios sociales, desafíos culturales y una creciente demanda de transparencia y renovación.